19 de agosto de 2011

EDUCADORES EN EL METRO


Desde hace unos días he observado a la gente que se sube en el metro y me he percatado de que cada vez hay más jóvenes que piden dinero después de recitar una poesía o un fragmento de algún libro y de dar un discurso sobre lo mediocre que te vuelven los medios de comunicación al estupidisarte con las mismas cosas de siempre, pero ¿acaso todos ellos no tienen el mismo discurso? Todos se suben a decir lo que memorizaron, ¿Cuántos de ellos realmente son conscientes de la realidad que vivimos? ¿Acaso no podrían trabajar en algo que sea productivo para la sociedad y para ellos mismos? Porque es muy fácil pedir dinero en el metro, en la calle o donde sea pero no es fácil mantener un trabajo que sea productivo, que te haga crecer como persona para que ayudes a la sociedad, estos jóvenes que creen que con un discurso “contestatario” y lo pongo entre comillas porque repito solo es algo que se le ocurrió a alguien para que los demás lo repitan como borregos, van a cambiar la mentalidad de la gente que se traga los discursos políticos y mediáticos como si no pasara nada como si fueran solo palabras, ¿por qué estos jóvenes no asisten en las escuelas? Por que lamentablemente en muchas familias mexicanas es más importante aportar un peso que gastarlo en la escuela, que si bien es una inversión a futuro, en estos momentos representa un desperdicio de tiempo y dinero.

Entonces ¿Qué debemos hacer, darles una moneda? Porque si les das comida te dicen de groserías o en el mejor de los casos la tiran, en estos tiempos que todos los presidenciables hacen sus disque obras de caridad deberían de apostar por la educación, porque finalmente ese es nuestro futuro y por que haya más oportunidades de trabajo relacionado con lo aprendido en las escuelas por que la mayoría de los profesionistas trabajamos en cosas que no tienen nada que ver con lo que estudiamos o si ya estamos en un área relacionada con lo aprendido en la escuela los sueldos son de tres pesos por qué no cuentas con la experiencia necesaria. Apoyemos a estos jóvenes sí, pero de una manera diferente, de una manera que pueda sensibilizar tanto a la sociedad como a ellos mismos, tal vez empezando por nosotros mismos, en medida de nuestras posibilidades, hagámosle saber a las autoridades que la solución a la situación del país no son las armas ni la violencia si no una educación de calidad para que podamos crecer como personas pero sobre todo como sociedad.

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